Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.
La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser atraído por la fuerza de la gravedad. Seguía cayendo ... y cayendo y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.
Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga cuerda que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar: ¡Ayúdame Dios mío!
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿QUE QUIERES QUE HAGA?
- Sálvame Dios mío.
- ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?
- Por supuesto Señor.
- ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE ...
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda.
Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda...
A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...
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Y tú que sígues tan aferrado a tu cuerda.
¿Te librarías de ella facilmente cortándola o soltándote?
¿O prefieres mantenerte como estás asfixiado por ella?
Tu decides ...
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Un abrazo. Mari Cruz
2 Comentarios:
Vaya, que crudo pero que bueno.
Es verdad que muchas veces por aferrarnos a lo conocido aunque sea malo, dejamos pasar posibles soluciones que al final era lo que exactamente necesitabamos y lejos de encontrarnos con los problemas que pensabamos tener, nos aportan nuevas vivencias,personas y sueños.
Este pétalo es digno de tenerlo siempre presente.
Muchas gracias Maricruz, siempre hay algo que aprender en tus articulos y dejan algo grabado en el subconsciente.
Un abrazo
Miguel
Cortar la cuerda o el cordón umbilical invisible se hace trabajoso, aunque a la larga compensa sobradamente ya que se adquiere un mayor espacio para poder moverte libremente.
un abrazote Miguel. Mari Cruz ;)
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