La Doncella Mariposa es la fuerza fertilizadora femenina. Pasea transportando el pólen de un lugar a otro, fecunda con fertilización cruzada tal como el alma fertiliza la mente con los sueños nocturnos y tal como los arquetipos fertilizan el mundo material. Es el centro que une los contrarios, tomando un poco de aquí y un mucho de allá, logrando que se empasten formando con ello una unidad que redunda en beneficio de todas las partes. La transformación es así sencilla por medio de un largo paseo o de un pequeño vuelo o aleteo.
La Doncella poliniza las almas de la Tierra. Agita su abanico de plumas y salta con pequeños saltitos, pues está derramando el pólen espiritual sobre todos los presentes en este preciso instante. Es un cuerpo humano traductor de lo instintivo, de la fuerza que hace germinar y fertilizar, de la reparación y sanación de antiguas ideas; es la llamada personificación de la mujer salvaje, del coraje de vivir que permite motivar a los demás para seguir su caminar.
La bailarina mariposa tiene que ser vieja porque representa al alma que es sabia. Es ancha de muslos y de trasero porque debe acarrear muchas cosas; está autorizada a tocar a mucha gente a su paso ya que de ellos aprende y de ellos toma partículas que luego expande en su largo camino, es una de las madres de la Tierra que permite la germinación de las almas. Camina y en su caminar deja las semillas que luego germinarán a lo largo del camino para alegrar la vista de los caminantes.
Acaricia con sus pies el suelo del camino llevándose la energía y el calor de la madre Tierra, para siguiendo su instinto, salirse del camino encontrar el suyo que le permitirá seguir soñando y elevando sus cabellos al viento conectar con el cielo, sus ilusiones y sueños anhelados.
El baile primaveral bajo la luna es lo que permite a la Doncella Mariposa aletear sus alas y que alegre el alma de los que saben reconocerla. Cuando pase por tu lado permítela que te roce para seguir gozando de esa ilusión que transmite siempre en su danzar, llenarás de luz e ilusión tu camino y ya nada podrá detenerte jamás.
Readaptado y sintetizado del magnífico libro "Mujeres que corren con lobos" de Clarissa Pinkola Estés
Un abrazo. Mari Cruz
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