miércoles, 17 de junio de 2009

Pétalo 106 :) Afinidad que une ...

Serás mimado por aquel a quién te parezcas fisicamente o por aquel con quién tengas más afinidad.  

La función más básica de la afinidad completa sería la capacidad de ocupar el mismo lugar que alguna otra cosa, persona o sentimiento. 



La definición básica de afinidad es la consideración de distancia, sea buena o mala. 



La palabra afinidad se puede encuadrar como amor, aprecio o cualquier otra aptitud emocional.

La afinidad se concibe como una cualidad variable en el sentido contextual de “grado de aprecio” o "grado de apego" que una persona tiene con respecto a otra u otras.  



El hombre no sería hombre sin afinidad.

Cada animal tiene algún grado de afinidad, pero el hombre es capaz de experimentar una cantidad especialmente enorme de afinidades con respecto a diferentes seres.

Mucho antes que se organizara en ciudades, se había organizado en tribus y clanes. Pero antes de las tribus y clanes sin duda existían grupos.

La necesidad instintiva del hombre de afinidad por sus semejantes ha sido reconocida desde hace tiempo, y la domesticación de animales muestra que esa afinidad la extiende a otras especies también.

Se podría haber supuesto que la raza que desarrollase primero la afinidad en su grado más alto se transformaría en la raza dominante de cualquier planeta y eso se ha corroborado. 



Un niño está lleno de afinidad, dado que la interpreta toda positivamente. 

No sólo tiene afinidad por su madre, por su padre, por sus hermanas y hermanos y por sus compañeros de juego, sino también por sus perros, sus gatos y los perros vagabundos que por casualidad pasan por ahí, por todo, ya que son seres receptivos a todos.

Cosa que no ocurre con los adultos que solemos sesgar nuestra afinidad por las experiencias vividas. 

Pero la afinidad va incluso más allá. Usted puede tener un sentimiento de afinidad por ciertos objetos, olores, sabores, colores, músicas, texturas, ambientes, paisajes, culturas, etc.

Hay un sentimiento de integridad con la tierra, los cielos azules, la lluvia, los riachuelos, los valles, los animales etc.; que no es más que afinidad con respecto a otros seres o cosas, e incluso a situaciones. 


La afinidad:

- nunca es identificación (llegar a ser uno con otra persona al tener el mismo sentimiento o interés).

- ni va tan lejos como la empatía (el poder o estado de imaginar ser otra persona e incluso compartir sus ideas o sentimientos).

Se sigue siendo uno mismo cuando tiene afinidad por algo pero además siente la esencia de la cosa por la cual tiene afinidad.

Se sigue siendo quien es y sin embargo se aproxima aún más al objeto por el que tiene afinidad, nos une algo que es dificil de explicar. 

Se denota sobretodo cuanto se está en la fase de enamoramiento en la cual sentimos afinidad por todo aquello que rodea al otro ser, cuando pasado ya esta fase no nos llenan tanto todas aquellas características. 

No es una cualidad que ate, si no que liga o une libremente. 

No existen las ataduras cuando se produce la afinidad. Para el receptor esto no conlleva deberes ni responsabilidades.

Es algo puro, sencillo y natural y fluye del individuo tan simplemente como los rayos de luz fluyen del sol. 



La afinidad engendra afinidad, ya que conforme somos y ofrecemos, recibimos. 

Una persona dotada con esta cualidad, automáticamente encontrará personas a su alrededor en cualquier sitio, que también comienzan a experimentar afinidad.

Es una influencia tranquilizadora, cálida, alentadora en todos aquellos que son capaces de darla y de recibirla.

Si eres pacífico atráes a personas pacíficas, si eres altruista atráes a personas dadibosas, si eres egocéntrico atraerás a personas narcisistas; atraerás por afinidad aquello que proyectas.



El nivel de afinidad entre individuos o grupos, se puede observar fácilmente. Por ejemplo, dos hombres conversando entre sí, tienen afinidad recíproca o no la tienen, muchos tienen como afinidad los deportes, otros en cambio su profesión, depende de los puntos de afinidad que tengan.

Las mujeres hacen lo mismo, a muchas les encanta ir de compras, otras en cambio prefieren compartir charla tomando un café, depende de muchos factores. 

Si no hay afinidad, discutirán, no tendrán un canal común para identificarse. 

Pero si tienen afinidad recíproca, tiene que haber dos cosas más: tienen que estar de acuerdo sobre una realidad y tienen que ser capaces de comunicarse esa realidad entre sí. 



Los padres se ocupan más de los hijos que tienen un gran parecido físico con ellos o un olor similar, según un estudio francés, con aquellos con los que tienen una mayor afinidad física o psíquica.

Y lo mismo nos ocurre con todas nuestras relaciones personales y profesionales.

Si tenemos afinidad con las mujeres morenas porque nos encontremos en sintonía con ellas, será muy probable que nos unamos con una de ellas.

Si tuvimos un ex-jefe con el no existía afinidad de ningún tipo que era de determinada zona geográfica quizá a partir de entonces sintamos aversión por personas de esa provincia, y si somos conscientes de ello, habrá que ponerle remedio lo antes posible.

Ya que nos puede cerrar a muchas oportunidades el sesgo de esta afinidad negativa. De ahí que sea tan importante saber y detectar qué tipo de afinidades tenemos como patrón. 

El parecido entre los padres y sus hijos hace que los primeros traten mejor a los segundos, por esta connotación de afinidad. 



Los hombres se ocupan más de los hijos que tienen con ellos un parecido físico o un olor similar, según un estudio francés que por primera vez ha puesto a prueba esta teoría evolucionista de Charles Darwin con familias reales en un experimento efectuado en Senegal.

El Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) anunció recientemente que los resultados de este estudio, dirigido por la Universidad de Montpellier y cuya publicación se ha avanzado en la web de la revista 'Animal Behaviour', y señaló que vienen también a confirmar la capacidad de los padres para reconocer a sus hijos biológicos.



El trabajo de campo se llevó a cabo con 30 familias de dos hijos cada una en varios poblados de Senegal, donde los científicos aplicaron una metodología para cuantificar tanto la dedicación de los padres a sus retoños, como el parecido entre unos y otros.



En concreto, para el primer punto se preguntó a las madres que evaluaran el tiempo que el padre dedicaba a cada hijo, la atención que le prestaba, el afecto que le manifestaba e incluso el dinero que le daba.


Para estimar el parecido se recurrió a personas de poblados diferentes que no conocían a los miembros de la muestra analizados y a los que se pidió que compararan los caracteres comunes a partir de fotografías de las caras y de los olores de camisetas llevadas por unos y otros.



El informe también confirmó explícitamente "el impacto positivo de la presencia del padre sobre las condiciones de alimentación y de crecimiento" de los niños, con una mejora de las condiciones de vida de éstos. Los resultados finales serán publicados en unos meses, estaremos atentos a todo aquello que la afinidad pueda generar. 

Un abrazo. Mari Cruz 

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