Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo,
y todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado,
y la felicidad personal de la que disfrutaba al haber encontrado una mujer que le acompañase durante toda la vida.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo,
y visitó a un viejo maestro muy sabio a quien le dijo:
- Quiero arreglar todo lo que hice, ¿Cómo puedo hacerlo?
- A lo que el sabio respondió:
- Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas donde quiera que vallas.El hombre muy contento por la tarea encomendada para subsanar el entuerto tan fácil de realizar, tomó el saco lleno de plumas y en el plazo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo:
Entonces el sabio contesto:
- Esa era la parte fácil ...
... ahora debes volver a llenar el saco con esas mismas plumas que soltaste,
... sal a la calle y búscalas.
El hombre se sintió muy triste pues sabía lo que eso significaba, salío a la calle a buscar aquellas plumas, desgraciadamente sólo pudo encontrar un par de ellas, y no pudo juntar apenas alguna más.
Al volver el hombre a la casa, el sabio le dijo:
- Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento,
del mismo modo el mal que hiciste voló de boca en boca,
y el daño ya esta hecho.
Lo único que puedes hacer ahora es ...
perdirle perdón a tu amigo,
pues no hay forma de revertir lo que hiciste.
Un abrazo. Mari Cruz
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