Trabajaban en la sombra, no salían a la luz,
no sonreían, y hablaban monotonamente...
Así todos y cada uno de los días de su existencia.
Hasta que un buen día uno de ellos despertó tras chocharse contra un árbol,
en el que había un nido de pajarillos, alzó la mirada para ver qué sonaba,
fué entonces cuando vió el sol.
Desde ese preciso instante aquel personajillo ya no volvió a ser gris,
y poco a poco cambió a todos aquellos personajillos grises de su alrededor,
no sólo de su barrio, sino de su ciudad y de su país.
Hasta que otro gran día toda su ciudad era multicolor,
las personas sonreían cuando saludaban,
los niños jugaban y saltaban en los parques,
se escuchaban pajarillos...
Un abrazo. MaryCruz
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