
Nos damos cuenta que llega la primera adolescencia cuando percibimos expectantes los primeros cambios hormonales, en cambio cuando llega la segunda nos asaltan de sopetón y en múltiples ocasiones no se viven de buen grado, ya que no asumimos que el tiempo se nos haya pasado volando.
Impresiones como esta suelen escucharse a personas que se encuentran en el encrucijada de la mitad de la vida "Hasta los 40 años es como si se viajara dentro de un carruaje muy cómodo, no sentía grandes preocupaciones. En cambio ahora siento como si le hubiera arrebatado las riendas al cochero, llevando a unos caballos desbocados que son mis hijos, y a otros un tanto...