
Hace algunos años no recuerdo dónde, ni cómo, ni cuándo me encontré charlando casi sin esperarlo con una una niña en un tren, si una niña que tendría unos seis años, con la cara plagada de pecas, muy blanca de piel con unos ojos chisporroteantes de curiosidad.
Lo cierto es que estuvimos charlando y me contó que de mayor quería ser profesora de niños pobres, y que por lo visto una noche tal como hoy según me díjo había soñado esta historia que os voy a relatar, o quizá no estaba soñando porque como era muy creativa quizá nació fruto de su imaginación, no lo se, da igual, el caso es que nadie la creía y como yo sí confiaba en ella me contó...