
Hace muchos siglos en el lejano oriente, un buen día el gran maestro Ikabi propuso a sus discípulos la siguiente tarea, subir a lo alto del monte y una vez allí proceder a relatarles uno de sus cuentos , todos los jóvenes de la aldea recogieron sus mochilas con algo de comida y bebida y se encaminaron monte arriba siguiendo al maestro que no portaba más que una vara con la que apoyarse debido a su avanzada edad.
El camino se hacía largo dada la pendiente del monte, aún así ninguno abandonó el camino ya que el gran premio llegaría al final con el relato del afamado Ikabi, merecidamente ganado por su gran sabiduría. ...